27/12/15

Vampiro: (No tanta) Mascarada



Hará ya unos 10 años que empezamos una serie de partidas a este juego, ambientadas en la versión oscura de Sevilla.

Por unas cosas y otras, las partidas quedaron inconclusas y dejamos el Vampiro de lado, pero ayer, siendo Paet el Narrador, retomamos no sólo el juego sino nuestros personajes de antaño... bueno, más o menos.

Resulta que en los años que han pasado desde la última vez que jugamos, llegó la Gehena, pero no como todos los hijos de Caín pensaban, casi la evitamos, pero un malkavian anónimo consiguió que todo el mundo fueran santos, hubo un petardeo mágico a nivel global y hay espectros de luz divina por el campo (las ciudades dio tiempo a protegerlas con escudos mágicos) matando a todo aquel que no sea un alma pura (tanto humanos como criaturas sobrenaturales) y a nosotros, que nos habían dado unos amuletos mágicos, nos dieron la vuelta como a un calcetín.

A resultas del amuleto que se fusionó con nuestros cuerpos, se le ha dado la vuelta a las debilidades propias de nuestro clan. Así, el gangrel odia la naturaleza a saco, el samedi ahora está más fuerte que el vinagre y huele a colonia que apesta, el assamita quiere curar a todo el que se haga daño y mi nosferatu es el Justin Bieber de los no-muertos.

Un punto de partida curioso cuando menos. No me gusta porque yo me hice un nosferatu precisamente por ser un engendro andante, que es lo que me mola del clan, y aunque ahora también me tengo que ir escondiendo para que no se me tiren encima cual fans histéricas, no es lo mismo.

Sevilla también ha cambiado. Se intentó proteger en dos círculos, el exterior entre la SE-40 y la SE-30 que actuaría de barrera a los espectros divinos, y el interior desde la SE-30 hacia dentro, donde se suponía que todo iba a continuar como toda la vida.

Al final el Príncipe Juan Ignacio la lió parda y lo que consiguió es que el círculo externo fuera semipermeable a los espectros y el interno como se había pensado, pero en el círculo interno murieron todos los vampiros que fueron considerados dignos de sobrevivir y en el externo, a donde se mandó a unos cuantos a morir, acabaron sobreviviendo.

Actualmente en la zona exterior se producen incursiones de espectros periodicamente, pero todavía no han podido atravesar la segunda barrera.

En la parte segura de la ciudad, después de los más que probables saqueos, se han creado una serie de fronteras entre los diversos clanes que se han formado a raíz de la llegada de tan particular Gehena.

De los Monjes Cartujos poco se sabe, más allá de que son los que cultivan y que son bastante celosos de sus fronteras.

Los Verdaderos Ravnos son humanos que han pensado que la mejor manera de vivir y de salir vivos es un estilo de vida nómada.

El Cercano Oeste es la zona donde se ha metido a todo aquel con brotes violentos. Es una zona a donde se puede entrar, pero para salir sí que te ponen más pegas. Es la única zona con fronteras amuralladas y el mercado de armas de la ciudad.

La Generación del 94 son los "inventores", eruditos que hacen incursiones a la Universidad Pablo de Olavide intentando recuperar textos y que han vuelto a poner en marcha el Polígono Su Eminencia y donde se llevan a cabo los avances científicos.

La zona de los Criaturitas es donde se ha decidido que la naturaleza tiene que seguir su cauce, se ha levantado el pavimento y todo lo artificial está descuidado. Su centro neurálgico es el Parque de Mª Luisa.

Suiza abarca la zona centro de la ciudad, y es terreno neutral para todos. Aquí están los comercios y hay un tenso pacto de no agresión entre todos los sevillanos.

Evidentemente la Mascarada dejó de funcionar hace mucho tiempo, y humanos y criaturas sobrenaturales malviven juntos.

Hay que destacar que la sangre humana, a resultas de la Gehena, es ahora menos nutritiva, por lo que un humano corriente, vaciado por completo, puede darte dos o tres puntos de sangre como mucho.

La comunidad vampírica se reduce a 3 no-muertos:
  • El autoproclamado Príncipe Buendía, que es un pusilánime y un mierda, aunque ciertamente poderoso al que no se toman en serio el Consejo que rige la ciudad.
  • Toribio, probablemente un brujah anarquista que quiere liarla parda para romper con el orden establecido e instaurar un modelo de gestión que se le ha ocurrido.
  • Marga, una vampiro aliada de los monjes cartujos, que de momento está muy preocupada por poner en marcha la vuelta de la Semana Santa.

Y este es un poco el marco donde empezamos la primera partida, que comentaré en otra entrada.

Todo el trasfondo me recuerda poderosamente al cómic Tierra de Nadie, y los espectros de luz no puedo evitar pensarlos como dementores.

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